Hay quienes opinan
que no hay quien escriba
sin trágica lágrima caída
ni sin alegría sólo subjuntiva.
"¡Ojalá es lo único que escriben!"-decían.
Alguna vez me han dicho poetisa.
"¡Oh, qué piropo!"-sonreía.
Mas, ¡oh, qué mentira!
Pues tan bien no escribo ni escribía,
y hoy mi vida es bonita,
¡y mi alegría objetiva!
Cuando el amor me viene o venía,
a veces escribo y escribía
a tu sonrisa,
a cuando giras la cabecita,
a cuando en mis brazos dormías,
a cuando volver a verme prometías,
a cuando saltas de alegría,
a cuando me moría,
a cuando vivía,
y por tu felicidad siempre lo hacía.
Pero otro regocijo existía,
esos otros días
¡de extrema alegría!
Entonces me escribía.
A mi sonrisa,
a cómo mi iris
contrasta con mi pupila.
A cada lágrima de risa,
a cada alegría vivida,
a mi falda más bonita,
a lo guapa que ese día iba.
Cuando tú tienes esos días,
¡de extrema alegría!
quiero darte una caricia,
y susurrarte divertida,
que te duren mientras vivas.
Porque yo tengo esos días,
y con o sin tu caricia,
¡que viva la alegría!
y que dure toda la vida.
¡Pero qué bonito escribes y escribías!
ResponderEliminarQué alegría y color en tus versos, poetisa! ^.^/
ResponderEliminarMuy lindo, provoca lo que el mismo poema quiere decir: recordar momentos alegres ^^ un beso
ResponderEliminarSigue escribiendo así. Increíble!! http://unapromesadeazucar.blogspot.com.es/?m=1
ResponderEliminar