domingo, 21 de agosto de 2016

Segura de más.


Hoy, que es un día cualquiera
me he leído y dado cuenta
de que la última vez que escribí
también fue sobre ti.
Aquella noche volví a casa saltando,
con el corazón gritando.
Ayer noche volví a brillar,
incluso más segura
aunque acabó siendo segura de más.
Pero nuestras manos seguían encajando
y me habrías hecho sonreír hasta llorando
cuando te me quedabas mirando
hasta en las escaleras del supermercado.
Cuánto habría pagado por tener eso
la última vez que escribí a tu persona,
cuando sólo tenía ilusión debida a una canción,
y cuánto daría ahora por borrar
esas horas de felicidad
y así ahorrarme lo que ha sido
chocarme con la cruda realidad.

lunes, 22 de febrero de 2016

Así estoy yo sin ti.

Me encuentro tumbada,
el dolor de cabeza me amenaza,
es un día de "así estoy yo sin ti"
habiéndote visto hace nada.

Voy a tener que preguntar a los grandes,
a quienes primero rasgaron la guitarra,
o a quien hizo la primera rima menos mala,
que cómo sienten amor sin agotar su sangre.

Tengo cada tono de tu voz aferrado a mi almohada,
haciendo las noches quién sabe si amenas o mensajeras
de que no aguantaré sin enredarme entre tus piernas.

Otros gritan y tú recitas,
a veces con ese deje insoportable,
como el que alardea de ser culpable.

Aún no sé si eres la víctima o el causante,
pero, por favor, vuelve a coger la guitarra,
acaba con mi hambre,
sigue tocando el intervalo hasta mañana.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Tú; cama y refugio.

Untitled
Uno, dos,
es el ritmo de tu respiración.
Arriba, abajo,
también estamos de la mano.
Enfado, sueño,
y que dormir sin ti no puedo.
Sonreír, latir,
tienes los ojos más grandes que se han fijado en mí.
Desde que en tu pecho estuvo mi espalda,
en comparación ya no es cómoda mi cama.

domingo, 31 de mayo de 2015

Canciones de Pereza y tú.

Hoy te he visto sin verte,
tan solo a través de tus ojos
yo muerta por tu mente,
yo que solo buscaba
que me temblaran las piernas.

Eres de esos
que nadie recomienda,
de esos hombres sobre los que
no hay canciones de Pereza.

Pero es que me enciendes
con una mirada,
de esas que lanzas al vuelo,
como aviones,
no a punto de salir,
sino volando y haciendo
al cielo latir.

Caminas como si nada
muriese con tus pasos
y yo que me quedo en el sitio
cada vez que pasas a mi lado.

Que yo soy todo menos cuerda
y tú hasta llegas a violín
y sin duda a culpable
de volverme loca por ti.

Mueves las manos como si
devolvieses a la vida,
como si pintases no castillos
sino reinos enteros,
para vivir en ellos,
en tus movimientos,


Esta noche puedo ser tuya,
solo prométeme que
me despertarás a la una,
enfadado y con estrés
por tener una duda.

Y es que me atrevería a probar
a responder, a contigo dudar,
porque si me lo permites,
desde que te veo pensar,
todo me sale genial.

domingo, 17 de mayo de 2015

El sexto sentido.

Cada persona tiene ese algo
que activa su sexto sentido.
A veces es el color amarillo,
otras, la música a piano.

Ese sexto sentido activado
puede provocar miedo y frío,
puede hacernos sentir vivos,
o puede cometer asesinatos.

(Puedo decir que)
Mi sentido es despertado
cuando veo unos ojos vivos.
O si quiero besar a ese chico
con el que nunca he hablado.

Pero son sensaciones de agrado,
y aunque suene atractivo
pocos tienen un sexto sentido
con lo bonito relacionado.

(Así que, diciendo la verdad,
puedo decir que)
Mi sexto sentido es activado
cuando te escapas del olvido
me recuerdas tu vacío
y te quiero de nuevo a mi lado.

Tu colonia no he olvidado
tu colonia está en muchos sitios
tan solo respiro y dice el sentido
que de mí aún no te has marchado.


Hola, hola. Hacía un tiempo que no publicaba,
tenía ideas pero no sabía plasmarlas.
En esta entrada hay intentos de referencias a
La naranja mecánica, ya que el protagonista
mataba al oír a Beethoven (música a piano, 
comete asesinatos.) Hay otro intento de referencia
a una película menos famosa, Me llamo Khan 
(y no soy un terrorista). Al protagonista le daba miedo
el color amarillo. Finalmente, y aunque no tenga mucho
que ver con esta entrada, hay otra película llamada El
sexto sentido, y, si no la habéis visto, espero que lo hagáis.
¡Espero que os haya gustado y seáis felices!
-Trece.


domingo, 22 de marzo de 2015

De reencuentros, rotos y búsquedas de paz.



La última vez que vi tu imagen,
el azul de tu iris contrastaba con el negro de la sombra de ojos,
el blanco de tu piel contrastaba con las cenizas de tus escombros,
el retazo de sujetador gris hablaba de lo apetecibles que eran tus hombros,
el olor que desprendías era el mismo que antes quise poder capturar en fotos,
el tacto de tus manos me volvió a hacer dejar de estar sobrio.
Y sin embargo vi que ya no te quiero, mucho menos te odio,
y al mirarnos a los ojos ya no supimos si desearnos era lo obvio,
y entendimos por qué el tiempo que nos conocimos nos supo a poco.
Te observé una vez más, suspirando y sentado bajo el foco,
me volví a enamorar de ti para luego sentirme despojo,
y en ese momento nos despedimos a la vez, siendo unos flojos,
porque nos seguimos queriendo, pero seguimos rotos,
y mientras buscamos la paz no hay tiempo para estar locos.

domingo, 1 de marzo de 2015

Nunca, siempre, gritar.


"Y en los hierros que separan la caída más brutal siguen las dos iniciales que escribimos con compás."
Nunca me importó tanto que estuviese nublado,
nunca me importó tan poco que el viento me despeinase,
nunca los giros de mi falda habían hecho que la gente se girase,
nunca me había dado tan poca cuenta; estaba a tu lado.
Siempre nos miramos como si el mundo acabase mañana,
siempre deseando que no pasara para vernos al día siguiente,
siempre soltamos lo que sentimos para que el otro lo recogiese,
siempre nos quedamos un rato más, el tiempo entre nosotros no pasa.
Gritamos sin perdón ni final en cada plaza de la ciudad, 
gritamos a quien pensase que gritar es solo chillar que nos viese,
gritamos con los sentimientos besándose aunque entre labios distancia hubiese,
gritamos hasta descubrir lo que dos almas perdidas se pueden cuidar.