domingo, 21 de diciembre de 2014

¡Extrema alegría!




Hay quienes opinan
que no hay quien escriba
sin trágica lágrima caída
ni sin alegría sólo subjuntiva.
"¡Ojalá es lo único que escriben!"-decían.
Alguna vez me han dicho poetisa.
"¡Oh, qué piropo!"-sonreía.
Mas, ¡oh, qué mentira!
Pues tan bien no escribo ni escribía,
y hoy mi vida es bonita,
¡y mi alegría objetiva!

Cuando el amor me viene o venía,
a veces escribo y escribía
a tu sonrisa,
a cuando giras la cabecita,
a cuando en mis brazos dormías,
a cuando volver a verme prometías,
a cuando saltas de alegría,
a cuando me moría,
a cuando vivía, 
y por tu felicidad siempre lo hacía.

Pero otro regocijo existía,
esos otros días
¡de extrema alegría!
Entonces me escribía.
A mi sonrisa,
a cómo mi iris
contrasta con mi pupila.
A cada lágrima de risa,
a cada alegría vivida,
a mi falda más bonita,
a lo guapa que ese día iba.

Cuando tú tienes esos días,
¡de extrema alegría!
quiero darte una caricia,
y susurrarte divertida,
que te duren mientras vivas.
Porque yo tengo esos días,
y con o sin tu caricia,
¡que viva la alegría!
y que dure toda la vida.

martes, 2 de diciembre de 2014

Hubo una vez.

Rainny day


Hubo una vez
una gran ilusión,
un libro por leer, 
un cosquilleo en el corazón.
Alguien empezando a querer,
una sonrisa sin razón.
Allí me sentí nacer,
felicidad en esplendor. 

Hubo otra vez,
di un gran tropezón.
La sangre, el escocer,
ojeras faltas de amor.
Heridas sanas que descoser,
una discusión,
muchos "para qué",
una explosión.

La última vez,
hubo un adiós,
asuntos que agradecer
y llorar de indecisión.
Mas nada nuevo por ver,
no hay ilusión,
entonces disparé,
buscando así la solución.